El delito de los aborígenes, es no ser egoístas, no ser ambiciosos, comulgar con la naturaleza, no jactarse del conocimiento ancestral de medicina que poseen, de la convivencia comunista en que se desenvuelven, del respeto entre sus hermanos, de la humildad que los hace inmensos ante la vida, por el respeto y reconocimiento a la pachamama.Hay un factor común que une a los aborígenes de estas tierras – a la que pertenecían antes que nadie, por que la tierra no les pertenece. En su sabiduría, ellos pertenecen a la tierra – ese factor es la inmoral represión y el aberrante desprecio hacia su condición y su cultura. No existe en el continente occidental Aborigen (mal llamado América, en honor al invasor que la arrasó) una sola nación que no se haya ensañado contra las poblaciones originarias.Desde la punta sur del continente (Patagonia – Argentina, Chile -), hasta el extremo superior del Canadá; la barbarie indolente con que masacraron y masacran a los pueblos originarios, es vergonzante. Desde 1492, hasta hoy, la persecución y ensañamiento contra estos seres inocentes, no tiene límites de depravación inhumana.En Chile y Argentina la situación de terrorismo de estado en contra de los mapuches no tuvo ni tiene nombre. A diario se ven y oyen las noticias sobre persecución, allanamientos a sus centros, encarcelamiento, acusaciones en falso y asesinato de los líderes, hombres, mujeres y niños ¡y esos gobiernos se dicen progresistas!En Bolivia, los depravados descendientes de los europeos, sobre todo croatas, convirtieron a los aborígenes en objetos de sus propiedades, y los venden con la tierra, se asumen la potestad de concederles o no el derecho a la vida. Son concebidos y tratados como bestias de trabajo y carga, por parte de unos inmorales asesinos que se dicen civilizados.En Perú, la cuna de la más grande civilización pre invasión Europea, se decretan leyes para seguir despojando a los aborígenes de lo poco que les queda, a fin de entregárselas a las transnacionales chupasangres gringas – Europeas. Para eso cometieron y cometen genocidio, lo poco que les queda en la Amazonía, es entregado a las transnacionales. Para ejecutar su acción, les lanzan a la policía y el ejército armados hasta los dientes, como si fueran a combatir una fuerza invasora.En Ecuador, los pueblos se cansaron de soportar los abusos y el desconocimiento de sus derechos. Reclaman lo que les pertenece y, lo que encuentran es represión y asesinatos, por parte de funcionarios de un gobierno que se dice revolucionario y popular.Los acusan de estar manipulados, pero esa siempre ha sido la excusa, les desconocen la capacidad de los aborígenes de defender sus derechos, y cuando lo hacen, entonces dicen que los están manipulando. Ofendiendo de esa manera la dignidad. Por lo menos el presidente los llamó a diálogo. Ojalá y éste sea verdadero y respete el derecho legítimo de los aborígenes a sus espacios dentro de la nación ecuatoriana, con dignidad.En la Colombia: del gobierno narcotraficante y terrorista de Uribe, la cosa raya en lo obsceno. Pueblos enteros son masacrados y hasta los niños son pasados por las cadenas amoladas de las motosierras. Los que tienen más suerte, son expulsados de sus tierras y mandados a un limbo sin retorno. Su mejor destino, es engrosar los cinturones de miseria alrededor de las ciudades, sus tierras son cedidas a las transnacionales a precio de gallina flaca, pero el producto de esa cesión, no llega a los legítimos dueños.En Venezuela, los terratenientes y algunos sectores del ejército, sobre todo en Zulia y Amazonas, han sacado a los Yukpas, guajiros y otras naciones aborígenes de sus tierras ancestrales, para usarlas en unos casos para la agricultura y la ganadería, o para centros de turismo empujando a los aborígenes a lo alto de las serranía hostil, sus jefes son asesinados por los ganaderos “paracos”, y a la vez esos ganaderos “paracos” son protegidos de un sector del ejército, que actúa a motus propio.En otros casos los sacan por la fuerza, con el ejército como punta de lanza, para hacer minas de carbón en sus territorios o habitat (Corpozulia, una institución gubernamental) es la artífice de esa cochinada.En este momento hay una delimitación de las tierras, de una Parte de esos pueblos originarios, luego de la muerte de un líder y acoso terrorista de los ganaderos “paracos” al pueblo Yukpa. Aunque el gobierno central ha destacado en el reconocimiento de los derechos de los aborígenes, quedan rezagos de discriminación en algunos sectores oficiales y de la población criolla.En Panamá. Prácticamente los han desparecido, al punto que hasta las etnias existentes, viven aterradas por el ejército colombiano que penetra a esa nación, los paramilitares y el mismo ejército panameño. Hoy deambulan por las zonas más pobres de ese país, sin esperanza alguna. Algo semejante pasa en Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica.En Mejico los usan como bestias de carga, cuando deben emigrar a las ciudades, producto de la miseria de sus habitats. Los humillan y vejan hasta en las parodias de humor. En Chiapas se organizaron en ejército popular, el gobierno los masacró, todavía persisten en su digna posición, pero los mantiene en un constante acoso.En USA, los diezmaron, los encerraron en unas zonas llamadas “reservaciones”, que son las tierras más estériles y desoladas que hay en ese país, prácticamente marginados.Esa es la realidad histórica y actual de los pueblos más dignos del planeta, pero que son despreciados por los capitalistas explotadores. Que son incapaces de entender una visión más humana y grandiosa de la vida y la naturaleza: Sin la avaricia, la ambición y las ansias enfermizas de poder, mediante las armas o la falsa riqueza.Viviendo en comunidad, compartiendo lo que se tiene. La última novedad en la moda histórica de vejar al indígena, se acaba de dar en Chile contra las mujeres tejedora mapuches. ¡Al carajo esa civilización inhumana!
EDUARDO SANCHEZ B
CHILE
LIBERTAD PARA LOS 5
Maria Alejandra Villegas
Directora Internacional de la OBNU
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