Una vez más los sectores de la extrema derecha venezolana intentan, a través de prófugos de la justicia, desprestigiar en el exterior al Gobierno Bolivariano.
En esta oportunidad, el prófugo y participante del Golpe de Estado de 2002, Carlos Molina Tamayo, acusó al Gobierno Nacional de otorgar armas “clandestinamente” a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
En una entrevista que le concedió al diario estadounidense El Nuevo Herald, Molina Tamayo aseguró, sin presentar ningún tipo de pruebas, que el ex ministro Ramón Rodríguez Chacín le habría pedido “que le entregara fusiles a los rebeldes”.
Molina Tamayo fue uno de los jefes militares que se pronunció en contra del Gobierno de Hugo Chávez durante el Golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Y fue designado por Pedro Carmona Estanga como jefe de la Casa Militar del Gobierno Golpista. En 2003 se refugió en la residencia de la encargada de negocios de El Salvador en Caracas y actualmente se encuentra exilado en Europa.
Las declaraciones de quien fue uno de los principales activistas del Golpe de Estado de 2002, forman parte de una campaña de los sectores opositores, que está siendo orquestada por las grandes empresas de comunicación internacional, tal y como lo alertó el presidente de la República, Hugo CHávez.
En su columna dominical, el líder del Gobierno Revolucionario comentó que “llama la atención la estrategia de difamación e intriga que han puesto en marcha en la arena mediática internacional. Alerto al pueblo: ellos cuentan con poderosas herramientas y las van a utilizar a fondo en la misma medida en que nos acerquemos al 26 de septiembre”.
Varias son las campañas que las grandes empresas de la comunicación han desarrollado en las últimas semanas contra Venezuela. Ejemplo de ello fue la transmisión de la cadena CNN del documental “Los Guardianes de Chávez” y el artículo del The New York Times donde comparaban la inseguridad en Venezuela con la guerra en Ir
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